diciembre 11, 2019• porRedacción
Enclavado en Peñafiel, nace en 1987 con la aspiración de convertirse en un referente dentro de la Ribera del Duero. Tras treinta años de trayectoria, la calidad, el cuidado del detalle, la sostenibilidad y la innovación son los elementos tractores de la compañía y se perfilan, además, como vectores comunes de Alma, concepto del que Pago de Carraovejas es origen.
Alma aúna varios proyectos singulares: desde su última incorporación, Bodega Marañones, en sierra de Gredos; a esta emblemática Pago de Carraovejas; pasando por Aiurri, en Leza; Viña Meín-Emilio Rojo, en el valle del Avia;
Milsetentayseis, en Fuentenebro; y Ossian, en Nieva. También aglutina otros proyectos del ámbito de la gastronomía, como Restaurante Ambivium, con una Estrella Michelin; además de SV Wines, importadora de vinos singulares; o la Fundación Cultura Líquida, con el objetivo de promover la cultura del vino. Todo bajo una misma identidad corporativa y una manera de trabajar común basada en crear experiencias inolvidables en torno al vino con el propósito superior de convertirse en elementos inspiradores y construir un legado único y perdurable.

Pedro Ruiz Aragoneses
Last modified: julio 19, 2022